Por: Christopher Erasmo Torres Jiménez
Escuchar música nueva gratifica al cerebro y no importa si es un tango en la mañana, una sinfonía al atardecer o una noche de rock'n'roll estridente, según un artículo que publica hoy la revista Science.
El estudio lo llevaron a cabo científicos del Instituto neurológico de Montreal (Canadá), y la Universitad de Utrecht (Holanda), entre otros, empleando la imagen funcional por resonancia magnética que capta figuras del cerebro durante la actividad.
Otros estudios ya han demostrado que el escuchar música afecta e involucra no sólo la corteza auditoria del cerebro sino también las regiones de las emociones y los circuitos mesolímbicos vinculados con la gratificación. Hay estudios que han demostrado que la dopamina interviene en esta respuesta en las áreas estriadas del cerebro.
"Estos circuitos de gratificación refuerzan comportamientos biológicamente adaptativos que incluyen el comer y el sexo y los comparte la mayoría de los vertebrados", explicó el estudio.
Pero la apreciación de la música es compleja y, aparentemente, una característica distintiva de los humanos, y depende de factores socioculturales, las experiencias y las memorias.
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